¿Cómo saber qué tipo de piel tengo?
“Quiero empezar una rutina de belleza, pero ¿cómo saber qué tipo de piel tengo?”
Seguro que esta es la frase que habrá pasado por tu mente en muchas ocasiones cuando has querido lanzarte a utilizar productos de cosmética, y por no tener una respuesta clara o tener dudas, has abandonado el plan de cuidar tu rostro o has comprado productos de belleza equivocados.
Saber qué tipo de piel tienes es la base de una rutina de belleza ¿Verdad que nunca empezarías una casa por el tejado? Pues en la belleza ocurre lo mismo, no puedes comprar productos sin tener claro cuál es tu tipo de piel.
Hoy encontrarás fácilmente la respuesta que estás buscando y en pocos minutos. Y además también encontrarás una explicación de los principales cuidados que necesita cada tipo de piel. Es emocionante la importantísima información que estás a punto de descubrir, ¿verdad? ¡Pues empezamos!
Si quieres saber el tipo de tu piel y recibir una rutina facial adaptada a cada tipo de piel, rellena el siguiente formulario y te enviaré un email con el resultado.
Formulario para saber qué tipo de piel tienes
Te enviaremos tu tipo de piel, cuidados básicos y una rutina adaptada
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Qué tipo de piel tengo. Los 4 tipos principales
Para conocer el tipo de piel que tienes es importante que prepares previamente tu rostro. Es muy fácil, simplemente debes tener la cara lavada, sin maquillaje, sin aplicar ningún producto de belleza y esperar alrededor de unos 20 a 30 minutos. Entonces, observa cómo se comporta tu piel, y en función de cómo reaccione y el aspecto que tenga, podrás conocer de qué tipo de piel se trata.
PIEL NORMAL
Presencia de poros muy pequeños y muy poco visibles
Piel que no suele presentar granos o puntos negros
No sientes la piel ni seca ni con grasa
Es una piel suave al tacto y es una piel elástica
Tu piel necesitará simplemente cuidados básicos que le ayuden a mantener su estado. La rutina tendrá como parte fundamental la correcta limpieza e hidratación de la piel.
PIEL SECA
Poca presencia de poros poco visibles
La piel tiene un aspecto y sensación tirante, áspera, sin brillo, apagada
Puede presentar rojeces o descamación en algunas zonas concretas
Las pieles secas pueden presentar picores
No tiene brillo originado por presencia de grasa en la piel
Las pieles secas son las más propensas a tener líneas de expresión y arrugas, pero no te preocupes, hay solución. Simplemente debes utilizar productos que nutran tu piel y aporten la falta de aceites que son necesarios para fortalecer la barrera protectora de la piel, para que ésta pueda funcionar adecuadamente. Más adelante en este artículo, en el apartado sobre “estados de tu piel”, te explico también la importancia que tiene el saber diferenciar una piel deshidratada de una piel seca, para que veas cómo los tratamientos para un tipo de piel u otro es muy distinto.
PIEL GRASA
Poros dilatados y muy visibles. Presencia habitual de granos o puntos negros en distintas zonas de la cara
Sensación grasa al tocar tu cara con las manos
Piel brillante a causa de la presencia de grasa
Si en la piel seca existía carencia de sebo, en las pieles grasas es todo lo contrario, hay un exceso de sebo que hay que regular y para ello aplicaremos productos que ayuden a regular la cantidad de grasa sobrante. El exceso se convierte en un problema cuando genera granitos.
Para este tipo de piel es muy importante la limpieza facial, exfoliar e hidratar la piel.
Para la limpieza, los limpiadores en base de aceite son adecuados porque retiran el exceso de aceite en la piel. En cuanto a los limpiadores en base de agua, un limpiador tipo gel es una opción acertada.
En cuanto a la exfoliación, dado que los poros de la piel son muy visibles y tienen un aspecto dilatado, es importante exfoliar la piel para eliminar la suciedad de los poros y evitar así tener los poros obstruidos, que producirán más granos.
Para una hidratación correcta, los hidratantes ligeros como lociones son estupendos. Hay que buscar fórmulas que contengan más base de agua que aceite en su formulación.
Hay que evitar productos agresivos con la piel, y por ello aquellos que tengan ingredientes antiinflamatorios, calmantes o antibacterianos, serán de gran ayuda.
PIEL MIXTA
Poros visibles en la zona T (frente, nariz y barbilla) y posiblemente algunos en la zona de tus mejillas cercana a la nariz, o en la barbilla
Presencia de grasa principalmente en la zona T, pero no en las otras zonas de la cara, que suelen estar más bien secas o bien con tipo de piel normal
Si tienes piel mixta, no te desesperes. Puede parecer una misión imposible tratar una piel con zonas tan distintas, pero existen productos específicos para pieles mixtas. Además podemos recurrir a distintos productos que nos ayuden a tratar distintos problemas.
Por ejemplo, en primer lugar para la limpieza se puede utilizar un limpiador con base en aceite y un gel limpiador en base de agua.
Para limpiar en mayor profundidad la zona T, que es la zona donde principalmente aparece la grasa y por tanto, la posible obstrucción de poros, es importante exfoliar esta zona con un exfoliante en base de ácidos llamados BHA (betahidroxiácidos), que se centrará en limpiar en mayor profundidad los poros de la zona y a retirar las células muertas acumuladas en la piel.
En cuanto a la hidratación de la piel, un hidratante ligero en base de agua tipo loción es una buena opción. Si quieres aportar más hidratación en las zonas más secas, necesitarán un hidratante con mayor base en aceite.
El estado de tu piel también importa
No sólo se trata de conocer los cuatro tipos de piel para responder la pregunta “¿cómo saber qué tipo de piel tengo?” También es muy importante saber cómo está nuestra piel en todo momento, ya que puede experimentar cambios debido a distintos factores.
El tipo de piel que tenemos viene definida desde que nacemos, sin embargo, puede sufrir distintas transformaciones a lo largo del tiempo que debemos detectar para proporcionarle el tratamiento que necesita. Ello significa que no siempre tendremos que utilizar los mismos productos, sino que los iremos adaptando. Y es muy importante tener en cuenta este punto, porque uno de los errores que más a menudo veo es el de utilizar una misma rutina para todo el año. “Si esta rutina me funciona siempre, ¿para qué voy a cambiarla?”, es una de las preguntas que más me hacen. La respuesta es sencilla y es que tu piel es probable que experimente cambios durante el año (por ejemplo, con el clima) y necesite un cuidado más específico con otros productos distintos a los que utilizas habitualmente.
Aquí tienes algunos de los principales factores que pueden afectar tu tipo de piel:
El estrés
El tipo de alimentación
La contaminación ambiental
La radiación solar
Los hábitos de sueño
El tipo de clima
En mi caso, yo tengo piel mixta, pero en invierno suelo necesitar un extra de hidratación en la piel ya que con el frío las zonas de la cara que no tienen tendencia grasa suelen estar bastantes secas.
A continuación tienes el listado de los distintos estados por los que puede pasar tu piel de forma temporal o debido a circunstancias determinadas como he mencionado anteriormente.
Acné. El exceso de sebo bloquea los poros de la piel, y como consecuencia, aparecen granos internos, espinillas o puntos negros. En muchas ocasiones el acné se ha relacionado con la época de la pubertad, pero lo cierto es que muchas mujeres y hombres adultos presentan acné.
Arrugas. Pieles maduras o aquellas pieles que tengan una mayor predisposición a tener arrugas. Con el paso del tiempo la piel va perdiendo elastina y colágeno y esto se traduce en una pérdida de elasticidad y firmeza en la piel.
En la mayoría de los casos, las arrugas o las finas líneas de expresión suelen aparecer en la zona de los ojos y de los labios, ya que son las zonas de nuestro rostro que experimentan más movimiento durante el día.
Además de ingredientes específicos, como por ejemplo los péptidos, recuerda que el uso del protector solar facial siempre, todos los días, es la clave para combatir el envejecimiento.
Si tienes piel madura y quieres encontrar los mejores tips para cuidarla, consulta mi guía rápida específica para cuidar la piel madura, con rutinas de día y de noche para que puedas encontrar productos clave para el cuidado de tu piel.
Deshidratación. Es muy común pensar que la falta de agua en la piel sólo está relacionada con las pieles secas y no es así. Una piel grasa o mixta también puede estar deshidratada. Las pieles secas y las deshidratadas no son lo mismo. Una piel seca viene determinada por la genética de la persona, mientras que una piel deshidratada es un estado temporal.
Una piel deshidratada necesita agua, mientras que una piel seca necesita aportación de aceites naturales. Por este motivo, una de las principales acciones que debemos tener en cuenta para una piel seca es la de aportar lípidos. Si sólo le aportamos agua, sentirá un confort instantáneo, pero no retendrá agua durante el día y por tanto, la barrera protectora natural de la piel se verá afectada. En el caso de una piel deshidratada, si aportamos más lípidos, lo que podemos obtener es la aparición de brillos indeseados, la congestión de poros y la aparición de granos en la piel.
Ten en cuenta mi propio caso que te comentaba anteriormente, yo tengo piel mixta y en invierno mi piel necesita un extra de hidratación. Si no lo hago, la zona de las mejillas y la piel localizada alrededor de la boca está especialmente seca e incluso se descama un pelín. Las pieles deshidratadas están apagadas, sin brillo. En mi caso, lo que suelo hacer es reforzar mi rutina con un sérum facial hidratante que me aporte la hidratación que necesita mi piel de la forma más inmediata posible. Siermpre recurro a los sérums coreanos por su efectividad y sus formulaciones basadas en ingredientes que no son agresivos para la piel, en su cosmética respetuosa con los animales y donde cada vez más hay más variedad de productos en la sección de cosmética coreana vegana.
¿Seguro que habrás oído hablar del ácido hialurónico, verdad? Es un ingrediente estrella para aquellas pieles que necesitan hidratación. En cambio para las pieles secas, las ceramidas son uno de los ingredientes preferidos.
Pigmentación. Son pieles que presentan manchas cutáneas, como las manchas debidas a la exposición solar o las que aparecen tras una etapa de acné en la que se ha producido inflamación en la piel.
Sensibilidad. La piel sensible es una piel más vulnerable que presenta picor, rojeces, irritación o inflamación. Este tipo de reacción se produce en la piel porque son pieles que tienen la barrera protectora de la piel dañada y es menos resistente a las agresiones externas como el frío, el viento, o bien reaccionan con los síntomas mencionados antes frente a la utilización de productos tópicos como maquillaje, cosméticos, etc.
Por este motivo, este tipo de pieles no deben usar productos que lleven fragancias o colorantes artificiales que puedan irritar la piel. Así mismo, cuanto menos ingredientes químicos o agresivos tenga el producto, mucho mejor. Por ejemplo, hay que evitar exfoliantes con ácidos muy fuertes.
Este tipo de estado es uno de los que tengo bastante en mente, puesto que mi piel suele tener rojeces y he de ir con bastante cuidado.
Los siguientes casos, ezcemas y rosácea, aunque puedan parecer similares a una piel sensible, no lo son, ya que estos presentan rojeces en la piel sin necesidad de que ésta haya entrado en contacto con algún producto en concreto, tal y como hemos visto en las pieles sensibles.
Eczemas. La piel presenta un color rojizo, con posible picor y descamación debido a la sequedad de la piel en esta zona.
Rosácea. La piel presenta un color enrojecido y los vasos sanguíneos son visibles en la piel. El enrojecimiento suele ser especialmente intenso y localizado en la zona central de la cara, en nariz y mejillas. También pueden aparecer granitos similares al acné. Aunque algunas personas que tienen rosácea también pueden tener la piel sensible porque experimentan picor o sensación de quemazón, son dos temas distintos que hay que diferenciar. Sin embargo, a la hora de buscar productos de belleza, sí habría que tener en cuenta ambos aspectos (sensibilidad y rosácea) para encontrar los productos más adecuados.
Otro tema que también suele preocupar es el de encontrar los productos que realmente nuestra piel necesita y según el tiempo que tenemos. Ya sabes que la rutina facial coreana tiene 10 pasos, ¿pero realmente tu piel necesita todos estos pasos?, ¿cómo cuidar tu piel durante el día?, ¿y durante la noche? En el artículo específico como cuidar la piel de la cara encontrarás tips y consejos muy útiles que te van a ayudar enormemente a entender cuáles son los puntos básicos que tienes que tener en cuenta para cuidar tu piel, por qué es importante adaptar nuestra rutina al tiempo que tenemos y que realmente podemos dedicar a cuidar nuestra piel, y también consejos para encontrar los mejores productos para nuestra piel en cada momento.
¿Por qué es importante saber qué tipo de piel tengo?
Identificar tu tipo de piel es un paso fundamental en tu rutina de cuidado facial al utilizar cosmética coreana. Esta práctica te permitirá comprender las necesidades específicas de tu piel y aplicar los productos adecuados para abordar tus preocupaciones particulares. Al conocer tu tipo de piel, podrás personalizar tu rutina de cuidado para obtener resultados más efectivos y satisfactorios.
En el mundo de la cosmética coreana, cada tipo de piel es tratado de manera única y con productos diseñados para atender sus necesidades específicas. Por ejemplo, si tienes piel seca, es esencial que te enfoques en productos ricos en ingredientes hidratantes para mantener tu piel nutrida y suave. Por otro lado, si tienes piel grasa, es importante buscar productos que controlen el exceso de sebo y minimicen el brillo no deseado.
Al identificar correctamente tu tipo de piel, evitarás utilizar productos que no sean adecuados para ti. El uso de productos inapropiados podría resultar en irritaciones, brotes o reacciones adversas. Al adaptar tu rutina de cuidado a tu tipo de piel, estarás brindando a tu piel los beneficios específicos que necesita para lucir saludable y radiante.
Además, conocer tu tipo de piel te ayudará a economizar tiempo y dinero al seleccionar los productos adecuados. Al evitar comprar productos que no son necesarios para tu tipo de piel, podrás invertir en aquellos que realmente beneficien y mejoren tu cutis.
De manera que, identificar tu tipo de piel es crucial para aprovechar al máximo los beneficios de la cosmética coreana. Al personalizar tu rutina de cuidado facial con productos específicos para tu tipo de piel, estarás en el camino hacia una piel más equilibrada, rejuvenecida y saludable. ¡No subestimes la importancia de conocer tu tipo de piel y darle a tu rostro el amor y cuidado que se merece con la cosmética coreana!
Cuidados básicos para todo tipo de piel
No sólo es importarte cómo saber qué tipo de piel tengo, sino también los cuidados básicos que son esenciales para mantener una piel saludable y radiante. Aquí tienes algunos consejos para el cuidado de todo tipo de piel:
Limpieza diaria: Lava tu rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche, con un limpiador suave y adecuado para tu tipo de piel. La doble limpieza facial coreana ayuda a eliminar el exceso de grasa, suciedad, contaminantes y maquillaje que se acumulan durante el día.
Hidratación: Aplica una crema hidratante facial adecuada para tu tipo de piel después de la limpieza. La hidratación es esencial para mantener la barrera cutánea y prevenir la sequedad y deshidratación.
Protector solar: No salgas de casa sin aplicar protector solar facial. Los rayos solares pueden dañar la piel y causar envejecimiento prematuro, manchas y otras afecciones cutáneas. Usa un protector solar de amplio espectro con un SPF adecuado para tu tipo de piel y aplícalo todos los días, incluso en días nublados.
Exfoliación: Utiliza un exfoliante facial tu piel una o dos veces por semana para eliminar las células muertas y estimular la renovación celular. Esto puede mejorar la textura de la piel y ayudar a otros productos a penetrar mejor.
Evita productos irritantes: Si tienes piel sensible, evita productos que contengan fragancias y otros ingredientes irritantes. Opta por productos hipoalergénicos y suaves para evitar reacciones adversas.
Bebe suficiente agua: La hidratación interna también es importante para mantener una piel sana. Bebe suficiente agua durante el día para mantener tu piel y cuerpo hidratados.
Alimentación saludable: Una dieta equilibrada y rica en antioxidantes puede mejorar la salud de la piel. Incorpora frutas, verduras, nueces y alimentos ricos en omega-3 en tu dieta para obtener nutrientes esenciales.
Descansa lo suficiente: El sueño es crucial para la salud y el bienestar de la piel. Asegúrate de dormir lo suficiente todas las noches para permitir que tu piel se repare y regenere.
Reduce el estrés: El estrés puede afectar negativamente la piel. Encuentra formas de reducir el estrés, como practicar yoga, meditar o hacer actividades relajantes.
Siguiendo estos cuidados básicos, podrás mantener tu piel en óptimas condiciones y mejorar su salud y apariencia en general. Recuerda que cada tipo de piel es único, así que ajusta tu rutina de cuidado de acuerdo a sus necesidades específicas.
Estoy segura que tras leer este artículo ya has podido definir tu tipo de piel y has aprendido muchas cosas más sobre tu piel. Estoy segura que ahora la pregunta “¿Cómo saber qué tipo de piel tengo?” ya ha encontrado la respuesta. De todas formas, si aún tienes dudas sobre este o cualquier otro tema, no dudes en escribir aquí tu pregunta o bien completar el formulario de asesoramiento y te contestaré lo antes posible.